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  • Writer's pictureMidangelí Haydée

¡Acción!


Captura tras bastidores en el Centro de Bellas Artes de Santurce, Puerto Rico, Les Misérables 2013.

Y la ganadora o el ganador para esta categoría es… ¡“Siento tu Dolor” por Midangelí Haydée! ¡Escuchen esos aplausos! ¡La gente grita y llora de la emoción! El salón no para de aplaudir, parece que todos querían que Midangelí fuera la ganadora. ¡Ella esta asombrada! Ahí la vemos abrazando a su esposo, no lo puede creer. Ahora está camino a la tarima, delicadamente claro, con su traje espectacular diseñado por Ángeles Cort Designs. No sé que la tiene más en las nubes, damas y caballeros, si los tenis dorados o la emoción. Subió los escalones y le entregan el Invisibiliawow…ahora va a decir unas palabras:

Quiero darles gracias a la Academia por este honor y reconocimiento. A mi esposo que tanto amo, por los masajes, las atenciones, por ser mi bastón y, sobre todo, por su amor; porque se nota que todo lo que hace es por amor. A mis padres que se preocupan tanto por mí. A mis abuelos por la crianza que me ha llevado hasta donde estoy. A mis doctores por diagnosticarme y tratarme. Y, sobre todo, a mi fibromialgia, que sin ella mi carrera y mi vida no hubiera dado este giro. No me hubiera podido convertir en la mejor actriz sin ti.

Toda mi vida he tenido una pasión por las películas y las obras. Cuando me encanta una película o una serie, veo lo making of, las entrevistas, los table readings, todo. Me encanta el mundo de la cinematografía, actuar y cantar, pero jamás pensé que mi carrera como actriz fuera esta. Porque los pacientes de fibromialgia nos merecemos contratos millonarios por nuestra producción y actuación estelar. Todos los días nos levantamos para presentarles al mundo totalmente lo opuesto de quiénes somos en realidad. ¿Eso no es ser un actor? Estamos fingiendo estar bien cuando no lo estamos.

Lo peor de todo esto, es que quisiera ser el tipo de actriz que sube a una tarima y representa un personaje femenino y poderoso con una canción espectacular que pone a toda la audiencia a temblar y a llorar. Pero, aunque viví eso antes y durante el principio de mi fibromialgia, no se compara para nada el nivel de actuación. Verán, cuando actúas en el teatro o en una película, te entregan un guion, estudias tu personaje, lo ensayas miles de veces o editan tus escenas hasta que llega el gran día. Eres alguien diferente todo el tiempo, pero te apasiona y lo haces porque al final de día vuelves a ser tú.

Pero entonces, está la fibromialgia. El personaje eres tú y no lo entiendes. Así que comienzas a estudiarlo y cuando lo entiendes, cambia. Lo escuchas, lo observas, lo actúas, lo acuestas a dormir y cuando despierta cambió otra vez. Y no es un personaje que tiene character development sino que es un personaje que te hace burlas y cambia todos los días. Cuando eres una actriz o actor de este nivel, no existen guiones que nos preparen para las escenas ni queues que nos dirija las acciones que debemos tomar. Somos actores que vamos improvisando. Podemos estar todo el día cubriendo escenas de animación donde los pajaritos cantan y todo es bello...pero de momento, cuando llega la noche entramos en una escena de terror. De momento los medicamentos no funcionan, los masajes solo alivian el dolor, pero no lo quitan. Damos vueltas en la cama buscando la mejor posición para poder descansar, pero el cuerpo dice que no es hora de dormir. Y de momento puedes pasar a quedarte dormido entre lágrimas por todo ese terror o no vuelves a dormir hasta las 9:00 de la noche del otro día.

Y lo peor de todo es que cuando eres un actor o actriz, tus personajes tienen un propósito para que al ser proyectados en el teatro o en el cine inspiren y cambien las vidas de personas que se sientan aludidas o identificadas. Pero con los actores de Invisibilia es al revés: proyectan estar bien ante su universo y ocultan aquello puede inspirar y concientizar a los demás. ¿Pero cómo se supone que inspire a alguien con un personaje que proyecta estar saludable cuando en realidad no lo está? ¿Cómo comienzo a concientizar a mi núcleo, a mi alrededor, al resto del mundo si mi personaje es Yo si no tuviera fibromialgia? ¿Cómo vamos a demostrarles a todos que esta condición es real si todos los días nos ponemos una máscara, nos incapacitamos, nos escondemos de tener el don de sentir dolor en todo momento? ¿Cómo otros doctores que no tratan nuestra condición nos tomarán en serio y sin reírse al mencionársela? No estamos siendo honestos con el mundo ni con nosotros. Queremos que el mundo sea empático y nos entienda, pero ¿cómo?, si no demostramos nuestro dolor.

No podemos concientizar si ocultamos la fibromialgia. No podemos cambiar el mundo si no lo educamos sobre esta condición. No podemos ser visibles por la sociedad si nosotros mismos nos arropamos con la capa y desaparecemos. Hay leyes que nos dan el derecho de no compartir este tipo de información y que no se difunda tampoco. Estamos protegidos y el que no quiera hacerlo, está en su derecho. Pero yo a mis 27 años les digo que no puedo más. No tolero decir mi condición a un médico y que se ría de mi diagnóstico. No soporto que las personas me miren extraño porque debo caminar lento por mi dolor. No aguanto que me digan: “Pero si eres tan joven” como si nunca hubiera celebrado mi cumpleaños. Que hable de mis dolores o me dé un golpe y los minimicen cuando tengo ocho perros mordiéndome todo el día. ¿Quiere decir que si no tengo un yeso u otra representación física de mi dolor aceptada por la sociedad mi condición es intangible? Para mí, eso es inaceptable.

Así que si no tienes inconveniente en hacerlo y no te molesta que el mundo lo sepa, quítate la máscara. La gente te ve bien porque siempre estamos actuando, sacando fuerzas de donde no las tenemos. Respirando hondo como al comienzo de una escena y súbitamente escuchas ¡Acción!


(Suena el teléfono en la oficina. La empleada respira hondo y mira su brazo derecho lleno de dolor. Mira su brazo izquierdo y analiza que de ese ángulo puede lastimarse y activar otros puntos de dolor. Respira profundamente y con su brazo derecho levanta el teléfono en el quinto tono.)


Midangelí - Oficina de Midangelí, Midangelí le habla, ¿Cómo le ayudo?

Compañera - Hola Mida es tu compañera del piso 5, ¿Cómo estás?

Midangelí - Bien, ¿y tú?, Cuéntame, ¿cómo te ayudo? ¿Te puedo colocar en alta voz?

Compañera - Bien, gracias a Dios. Sí claro que sí. Pues mira…

¿Verdad que suena ridículo decir que me siento bien cuando no? Pero tristemente a la sociedad le sonaría más ridículo decir una verdad que escuchar esta mentira. Así que tomé la decisión de que, al abrir los ojos, cuando el día diga ¡Acción!, seas de confianza o no, voy a ser yo. Con todo y mi fibromialgia. No voy a decir que me siento bien para complacer un estándar de cortesía desde que el tiempo es tiempo. Normalicemos decir que no nos sentimos bien, pero que estaremos mejor. Normalicemos que cuando escuchemos esas palabras le digamos a la persona genuinamente que estamos aquí para lo que necesiten. Que esperemos que se sientan bien pronto. Y si no sabes de ellos, escríbeles para preguntarle si se han sentido mejor y dales ese detalle y seguimiento tan bonito. Sé empático, sé amable.

Este no es el tipo de actuación que me gusta hacer. He decidido ser ese personaje femenino y poderoso que habla su verdad. Así que me gustaría que te unieras. Porque mientras seamos más los que cuenten la verdad de esta enfermedad crónica, seres visibles.


Con fibromialgia o sin fibromialgia. Ya seas el personaje de Midangelí o la Compañera, estés sintiendo el dolor o dando el apoyo, sé alguien. Escoge el personaje con el que te identificas: alguien con una condición crónica que no tiene miedo de admitirlo ni de orientar al mundo, alguien que quiere vivir en silencio pero en esperanza o el empático que entiende y aprecia todo el esfuerzo que una persona hace para batallar lo que sea que esté pasando. ¡Así que actúa! ¡Actuar es bello! ¡Es un arte espectacular! Pero actúa del bueno. Así que en tres…dos…uno…¡Acción!



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