top of page
  • Writer's pictureMidangelí Haydée

Mis Dos Bodas

Updated: May 16, 2020


Captura de nuestra hermosa boda por Raúl J. Herrera.  Este blog es sin fines de lucro.

Que bello es abrir los ojos y encontrarse con un nuevo día, aunque no sea viernes. Para mí todos los días se pueden sentir como un lunes. Ya sabes, con esa pesadez de cómo ____________ empiezo la semana. Qué difícil es sacar energías para levantarnos. Qué difícil es buscar el sueño. Qué difícil es poder decir lo que estamos pensando, concentrarnos, mantener el mismo pensamiento. Qué difícil es escuchar la noticia. No saber lo que significa y sobre todo, que no es un catarro pasajero que con ciertos medicamentos lo sobrepasas. Es permanente.


Aún recuerdo cuando escuché las palabras: "Tienes fibromialgia". A lo que contesté: "¿Qué es eso y qué hay que hacer?". Es una enfermedad crónica, quiere decir, que es de larga duración y perseverante. Imaginen ese momento cuando el dedo más pequeño de tu pie choca con la esquina de un mueble. ¿Cómo duele verdad? Pues más que eso es el dolor y siempre. ¿Cómo se maneja ese dolor? En mi caso, recetas de relajantes musculares y anti-inflamatorios. No hacían mucho, pero no me rindo fácilmente y no iba a permitir que mis 23 años se sintieran como 83 años.


Creo que lo más gracioso de ese momento fue escuchar ”No puedes pasar por estrés o ansiedad porque puede causarte más dolor” a lo que respondí “Me caso en un año y trabajo en un Call Center”. En aquel entonces, era sumamente imposible no sentir estrés. Los infinitos detalles de un día perfecto y las mil llamadas de clientes en cuatro horas. Me pongo en el lugar de los doctores y pienso que debe ser bien difícil comunicar algo así. Porque honestamente, ni a mí mientras escribo estas palabras se me hace fácil poder explicarlo. Narrar un acontecimiento sí, pero explicarles la fibromialgia no es fácil. Cómo le dices a un paciente que tiene algo que aún se hacen estudios para entenderlo, para recomendar medicamentos, alimentación. Es algo que cambia la vida del paciente por completo. Honestamente son de admirar, saber que la persona que estás atendiendo padece de dolores todo el día y recomiendas lo mejor que puedas. Saber que no te vas satisfecho a tu casa porque esa persona no se va a sanar nunca, solamente puedes tratarla. Ser doctor no debe ser fácil, tan difícil como ser paciente de fibromialgia.


Anyways… me entregan la receta de relajantes musculares para tomar de noche y antiinflamatorios para tomar de día. Eso fue lo mejor que pudieron recetarme porque, gracias a mi amiga que estaba haciendo su doctorado en medicina natural, también pregunté qué podía comer y me rehusé a tomar ciertos medicamentos que ella me estaba recomendando. Además, otra razón de porque pregunté sobre la comida porque durante mi adolescencia tuve que estar varios años siguiendo una alimentación estricta para poder desbloquear la Aorta; así que todo es posible sin tomar drogas todos los días. Creo que desde el inicio supo que iba a luchar por esto con lo que sea. Después de todo, solamente tenía 23 años.


A quien primero le dije fue a mi prometido, pensé que era lo correcto; nos íbamos a casar, esto era tan permanente como un matrimonio: hasta que la muerte me separe de mi cuerpo. Pero lo que hizo fue abrazarme y que eso no importaba. Soy una mujer afortunada, aún quedan personas hermosas así como él. Además, como ya saben, antes de ponerle nombre a mis dolores, ya él me estaba ayudando y estuvo conmigo siempre, él no vio por qué no estar conmigo en este momento también…por el resto de mi vida. Y así fue como él y yo nos casamos con la fibromialgia. Se puede decir que tuvimos dos bodas. Cuando lo expliqué al resto de mi universo, no entendían. Porque la realidad es que nadie lo entiende. Nadie entiende como tu propio cuerpo puede hacerte daño, causarte tanto dolor. Sea con esta o con cualquier otra condición o enfermedad, nadie lo entiende. Amas a tu cuerpo, lo cuidas, lo alimentas, lo bañas, lo vistes, lo mantienes hermoso, a tu gusto y de momento te traiciona cuando menos lo esperas. Te traiciona con algo que no es tuyo y lo tienes que hacer tuyo para seguir adelante. Porque al final del día, está en ti y no lo puedes sacar con nada. Así que vives con eso.


¿Pero, cómo uno vive con eso? ¿De donde uno saca las fuerzas para que cada día sea diferente y no se sientan como un lunes? ¿Cómo hago que los miércoles sean día de damas, los jueves 48 horas para que llegue el fin de semana y el viernes la fiesta de bienvenida del fin de semana? Por lo menos yo…yo pienso en caminar por el mall o la playa. Pienso en que guiar e ir a trabajar me hace más normal. Pienso en que cocinar lo que me quiero comer me devuelve a la normalidad. Pienso en que sentirme bien trae paz a mi familia y esconde preocupaciones. Pienso en que tengo que separar los manteles de mi boda y probar el bizcocho. Pienso en una vida con el hombre que amo. Pienso en mi carrera y en cómo completarla. Pienso en conducir para ver a mis abuelos. Pienso en ver a mis amistades y estar al mismo paso que ellos para que no noten la diferencia. Pienso en conocer nuevas personas y que se conviertan en tus amigos por siempre. Pienso en la familia que quiero crear.


Hasta que de momento piensas: cómo alcanzo mi teléfono, cómo me paro de aquí, cómo me doblo a recoger eso, cómo me levanto otra vez, cómo camino hasta el baño, cómo pico la cebolla, cómo me maquillo, cómo me peino, cómo me hago un moño, cómo me lavo los dientes, cómo unto la pasta de dientes en el cepillo, cómo me pongo la pantalla en la oreja, cómo me pongo los zapatos, cómo me los cambio porque me aprietan, cómo me los cambio otra vez porque son incomodos, cómo como, cómo pico la carne, cómo abro el pote de pastillas, cómo me lavo el pelo, cómo me afeito las piernas, cómo me afeito las axilas, cómo me unto desodorante, cómo escribo en la computadora, cómo escribo a mano, cómo firmo el documento, cómo camino por el mall más de una hora, cómo me visto, cómo me desvisto, cómo guío, cómo voy al supermercado, cómo me paro del sofá, cómo me siento, cómo me paro otra vez pero de la silla. Cómo voy a ese reencuentro, a ese cumpleaños, a esa cena, a ese desayuno, a ese brunch, al baby shower, a la boda. Espera, cómo voy a mi propia boda: cómo camino al altar, qué zapatos me pongo, cuán largo uso el traje, cuán pesado uso el traje, cómo me peino para mi boda. Tiene que ser algo sencillo porque me lo tengo que quitar después yo sola. Qué hago el día antes para no sentirme así en mi boda. A dónde me voy de luna de miel, cómo le hago. Qué me puedo llevar. A donde voy, ¿hace frío?, porque si hace frío necesito al menos 3 layers.


Ese año, aunque emocionante, fue bien stressful lo cual fue el equivalente de mucho dolor; días buenos y malos. Así que para hacer todo esto todos los días de mi vida, me pongo mi máscara y oculto mi dolor.


264 views0 comments

Recent Posts

See All

La Cama

Post: Blog2_Post
bottom of page